viernes, 24 de julio de 2009

Metrosexual de las pelotas

Supongo que dada mi proverbial esbeltez tenía que acabar simpatizando con unos señores que se cuidan tanto como yo, y fue así que en los 90 me aficioné al Sumo. Cortaban el bacalao por aquel entonces dos magníficos yokozuna: Takanohana y el hawaiano Akebono, "el lobo gris", primer extranjero que logró alcanzar el grado máximo en la disciplina, seguidos de cerca por Musashimaru, que ciertamente no molaba tanto como ellos, aunque también había conseguido llegar a yokozuna pese a haber nacido en Samoa. A pesar de mi predilección por el estilo clásico y elegante de Takanohana, mis preferencias se decantaron claramente por otro luchador con el que me resultaba más sencillo identificarme. Consiguió ser ozeki en los 80, pero en los 90, sobrepasando unos gloriosos 280 kilogramos, descendió al grado de maegashira, resultando derrotado en prácticamente todos los combates que libraba. ¡Cómo no iba a enamorarme de él! Su nombre era Konishiki, y procedía también de Hawaii (es que se come de la hostia, allí). Pues bien, hoy me entero de que el muy nenaza, el muy descastao, el muy tío pez, se ha apuntado a la moda del talle de avispa y la cosa esa de la delgadez extrema cual si fuera un Guti o una Kate Moss cualquiera.
Si es que estamos rodeados. Puta crisis...


¿Qué? ¿Era hermosote o no, el muchacho?Como panes, señora. Las daba como panes.



4 comentarios:

Sota dijo...

Jo, pues le van a salir estrías hasta en el blanco de los ojos...

piezas dijo...

No preocuparse, hay tongo: Konishiki tiene a su amigo (el que sale a su derecha sentado en la foto) inflando avispas con una pajita todo el día y la comparación se establecerá cuando termine con todas o se quede sin fuelle (lo que suceda antes).

Fet dijo...

Si lo dice el Optione a ver quién tiene gónadas para discutirlo.

Maya dijo...

tú también te haces el moñete como los luchadores de sumo, fet?