domingo, 28 de noviembre de 2010

sábado, 13 de noviembre de 2010

Grageas

Si el gobierno no condena el terrorismo de Marruecos, ¿hay que ilegalizar al PSOE?


Aunque visto que el PP sigue siendo legal a pesar de no condenar el terrorismo franquista, me da que no...


El vídeo sin relación de hoy:

jueves, 11 de noviembre de 2010

Cookies

Reproduzco una historia narrada por Douglas Adams en su "The Salmon of Doubt: Hitchhiking the Galaxy One Last Time".




"Lo que voy a contarles le ocurrió a una persona real, y esa persona soy yo. Iba a coger un tren, y había llegado con un poco de antelación porque había anotado mal la hora de salida. Fue en abril del 76, en Cambridge, Inglaterra.
Compré el periódico por el crucigrama, pedí un café y un paquete de galletitas. Me senté a una mesa.
Quiero que visualicen la escena, es importante que la recreen con claridad.
Así que tenemos la mesa, periódico, café, paquete de galletas. Hay un individuo sentado enfrente, perfectamente normal, trajeado y con un maletín. No parecía que fuese a hacer nada anormal. De repente, se estiró, agarró el paquete de galletas, lo abrió, cogió una y se la comió.
Esta, debo admitirlo, es la clase de asuntos con la que los británicos no sabemos lidiar. En nuestro acervo, educación o cultura no hay nada que te enseñe a tratar con alguien que, a plena luz del día, te roba tus galletas.
Sabes qué ocurriría si esto hubiera sido South Central, en Los Angeles. Habría habido tiroteos, helicópteros, CNN... Pero al final, hice lo que cualquier inglés de sangre roja habría hecho: lo ignoré. Y miré al periódico, bebí un sorbo de café, intenté resolver una palabra del crucigrama, no pude, y pensé, ¿qué voy a hacer?
Al final me dije: "Qué más da. Vamos a arreglarlo", e intenté pasar por alto que el paquete estaba "misteriosamente" abierto. Cogí una galletita y decidí: "Esto hará que se dé cuenta". Pero no. Un instante después volvió a hacerlo. Cogió otra galleta.
Al no haberlo mencionado la primera vez, era más complicado sacar el tema la segunda: "Perdone. No he podido evitar ver que...". No funciona.
Y así seguimos todo el paquete. Cuando digo todo el paquete me refiero a que debía haber sólo unas ocho galletitas. Él cogía una, yo cogía una, él cogía una, yo cogía una.  Finalmente, cuando el paquete se acabó, el individuo se levantó y se fue.
Intercambiamos una elocuente mirada, se alejó, respiré relajado y me apoyé en el respaldo. El tren llegaba, así que terminé el café, me levanté, cogí el periódico y allí, debajo del periódico, estaban mis galletas.
Hay algo en particular de este relato que me gusta mucho: la sensación de que en algún lugar de Inglaterra ha habido un individuo que durante el último cuarto de siglo ha estado dándole vueltas exactamente a la misma historia que yo, sólo que él nunca supo cómo acababa el cuento."




martes, 9 de noviembre de 2010

Accidente cardiovascular

Si vas en avión o en el AVE y quieres acojonar al que tienes sentado a tu lado, abre el portátil y teclea:
http://www.myit-media.de/the_end.html
Y que preparen el desfibrilador.

Vía Carlos Azagra. Hazte un feisbú, hombre.
O mujer.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Marihuana barata

Son raras las ocasiones en las que me cuesta tomar partido. Acertada o equivocadamente, suelo posicionarme de inmediato con relación a un hecho, suceso, idea o noticia. Siempre hay tiempo para cambiar de opinión (o no) a posteriori.
Pero en este caso me cuesta decidirme...
¿Quién es mas tonto de los cojones, el que acude a las urnas a votar en contra de que algunos adquieran derechos que no le van a significar obligaciones ni sufrimientos a ningún ser más o menos vivo o el que pudiendo lograr esos derechos en las urnas, se queda en casa rumiando su animadversión a los procesos democráticos?

Hijo de puta sí que sé quién es más.
Bueno, y tonto de los cojones también.
Gracias por su ayuda.

Flipa con el link.

Momentazos fílmicos: Deliverance

Deliverance es de esas películas que yo denomino "incómodas". Dirigida por John Boorman en 1972, narra el viaje de unos individuos de clase acomodada que pretenden encontrar su raíces como hombres en los bosques de Georgia. Interpretada de forma magistral por Jon Voight, Ned Beatty, Burt Reynolds y el resto del elenco, contiene escenas que jamás abandonan a quién la ve. Una de ellas está protagonizada por Lonnie (Billy Redden), un redneck retrasado  que toca el banjo como los dioses y Drew Ballinger (Ronny Cox) a la guitarra.

Momentazos catódicos: 23

Era la primera temporada de Dikembe Mutombo en la NBA. Su equipo, los Nuggets, se enfrentaba a los míticos Bulls de Michael Jordan.
A tres segundos para el final, el 23 de Chicago se dirigió a la línea para ejecutar el último tiro libre de la noche, y, mirando al pívot rookie, dijo:
-Este te lo dedico.
Cerró sus ojos, lanzó la bola y consiguió el punto. Finalizó entonces la conversación diciéndole al congoleño:
-Bienvenido a la NBA.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Estado aconfesional

Si sus creencias personales les impelen a realizar actos de sumisión ante chamanes travestidos me parece perfecto, que lo hagan en privado. Que le saquen la prelada pija y le practiquen felaciones por turno hasta que les sangren las encías. Les cedemos si es preciso el burdel zarzuelino para tales menesteres. Pero me parece indignante que, como representantes de un país aconfesional por Constitución, se humillen ante el Estafador Supremo de la cosa cristiana. 

España da realmente asco.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Moral "avanzada"

Tras la salida del armario pederasta del escritor de cabecera de Ana Botella, unos cuantos onanistas a tiempo completo salieron en su defensa exponiendo argumentos de los más peregrino para justificar lo que, según ellos mismos, no consiste más que en un paso adelante en lo que a moral se refiere. Aducen una especie de credo de libertarianismo ético, alejado del nacional-catolicismo que tanta secuela ha provocado en nuestros reblandecidos sesos.
Y es que -según estos figuras del pajilleo compulsivo- sólo alguien que haya estado en las garras de la religión católica puede coincidir con ésta en extremo alguno, prueba definitiva de prejuicios y desórdenes de los que el afectado es incapaz de reponerse. Veamos cuáles son los preceptos fundamentales de la cosa romana y lo que el que suscribe opina sobre ellos.


1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No entra en mis planes.


2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
Tarde.


3º Santificarás las fiestas.
Va a ser que no.


4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
Depende. Hay mucho hijo de puta. En mi caso, la respuesta es sí.


5º No matarás.
Nada que objetar. Matar no mola.


6º No cometerás actos impuros.
Depende de lo que ustedes entiendan por impuro. Me reservo el derecho.


7º No robarás.
Vale.


8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
Dependerá de las circunstancias. Uno es poco kantiano.


9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
Esto es sencillo con mi nuevo lector de mentes Telepatum 2000. Me lío a tollinas por la calle con todo aquel que piensa en culos y tetas. Poco específico, el mandamiento, porque en lo que a mí respecta, todos mis pensamientos son impuros.


10º No codiciarás los bienes ajenos.
Qué quieres que te diga. La gente es muy cabrona y algunos tienen artilugios curiosos y apectecibles.


Como el observador avezado podrá colegir, uno está de acuerdo, parcial o totalmente, con tres de los Mandamientos de la ICAR, y, mayormente, se considera poco sospechoso de confraternizar con secta tal. Es más, uno podría llegar a conceder en la sanidad de la coyunda convenida entre adulto y niña si se diesen ciertas condiciones. Nótese que, en postura que puede parecer sexista, no considero tan grave el caso contrario, dada la habitualmente menor implicación sentimental del especimen masculino en la relación sexual. Me explico: para el niño promedio -casos habrá a patadas que demuestren lo contrario, pero permítanme cuestionar que sean norma- el acto sexual va poco más allá de la polución e intercambio de fluidos; creo sinceramente que el especimen femenino promedio, tal vez por características culturales, ambientales o puramente físicas, se implica emocionalmente en mayor grado. Por no hablar de las consecuencias, posibles para unas e imposibles para otros, que un error o accidente pueden propiciar.
Una vez aclarado ese aspecto, continúo para bingo con el asunto de las condiciones mencionado más arriba.
Si el adulto enfocase la relación en un plano de igualdad, en el que su satisfacción física y emocional no  existiesen en tanto en cuanto no fuese lo mismo para su pareja, si hubiese un compromiso afectivo y de equilibrio, una voluntad de lealtad y honradez para con el otro, consideraría tal relación apropiada. Mas resulta que el común de los gayoleros cum laude no pretende tal cosa en absoluto.
Lo que buscan es la simple satisfacción a la fantasía provocada por la pornografía que consumen en cuanto la sala está vacía. Un sumidero para su lefa. Una adolescente -o mejor cien- que adopte el papel de váter para evacuar sus humores sexuales. 
Y dar con ello lugar a que un buen número de las mujeres de pasado mañana atesoren un hermoso historial de ansiedades, pánicos, abortos, hijos no deseados y precariedad emocional. Algo que se ve que estos individuos contemplan con normalidad. Pelillos a la mar y a por otra Marta del Castillo.
No, hijo, no. Usa papel higiénico.