viernes, 20 de noviembre de 2009

Franquista sí, pero tonto por los cojones


Para la elaboración de la entrada anterior, su seguro servidor navegó por las procelosas corrientes de bits interneteras hasta la web de la Fundación Nacional Francisco Franco (es curioso, pero si se concentran, al entrar en el site huele a solysombra y a "Águila", aquel infame tabaco negro que desconozco si sigue existiendo) y, adicto como es una a tirar el dinero en juegos de azar, fui a dar con las participaciones de lotería de tan selecto club para la orgía sanildefonsiana del año en curso.
Estudié el número y decidí que no, que no va a tocar, así que les desaconsejo su compra.
Pero lo más simpático estaba por llegar. Haciendo honor al pollo que ilustra la enseña rojigualda con la que nos reciben en su casa, los aguilillas de la Fundación han parido una excelente manera de rentabilizar el papel y la tinta invertidos en los boletos: leyendo la letra pequeña uno descubre que...

(Clic para ampliar imagen)

Así que ya saben, amiguitos. Si se portan así con sus simpatizantes, imagínense qué podemos esperar de ellos quiénes los detestamos. Ah, una captura de pantalla aquí, por si de repente cambiase el modelo de boleto.


20-N


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Nota mental

El botoncico de guardar apuntes/ideas es ese que dice guardar ahora/borrador. El de publicar entrada es para publicar entradas.
Perdonen por las disculpas.

martes, 17 de noviembre de 2009

Bendígame, Padre...


... porque usted ha pecado.

Más Scorsone and Drueding, aquí.

Macanas castúas, gayolas valencianas


La Generalitat de Camps contraataca al MPE (Manual Pajillero Extremeño).







viernes, 13 de noviembre de 2009

Verdades incontrovertibles que escuchas por ahí

  1. Hay un individuo encargado de meter una patata podrida en todas y cada una de las bolsas que se ponen a la venta.
  2. Nadie hace clic en un banner publicitario, salvo por error.
  3. Los sandwiches triangulares saben mejor que los cuadrados.
  4. Nunca sabes donde mirar mientras comes un plátano.
  5. Todo el mundo recuerda el día en que un perro entró corriendo en su escuela.
  6. Nadie come los garbanzos de los cóctels cutres de frutos secos.
  7. Una de las cosas más surrealistas que ocurren en una discoteca es que alguna vez coincides en perfecta sincronía con un completo desconocido en tu viaje de ida y vuelta al aseo.
  8. Nadie se ha quedado nunca sin sal.
  9. Nadie entiende por qué en los packs de yogures de varios sabores meten siempre dos de coco.
  10. No existe pánico igual al que sientes por un momento cuando tu mano o tu cabeza se encuentran atrapadas en algún sitio.
  11. La gente que no conduce cierra las puertas del coche con demasiada fuerza.
  12. Nadie sabe de donde cojoño han salido las perchas de sus armarios.
  13. Nadie sabe de donde cojoño ha salido ese peine con mitad de púas grandes y mitad pequeñas que hay en todas las casas.
  14. Cuando se acaba una fiesta siempre hay una chica llorando.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

martes, 10 de noviembre de 2009

Hace 20 años no ganó la libertad...

... ganó la ilusión de libertad. En lugar de imponerse “1984″ triunfó “Un Mundo Feliz”.

¿Orwell o Huxley?
Por Neil Postman.
Orwell, en ‘1984′, advierte que seremos vencidos por la opresión impuesta exteriormente; pero en la visión de Huxley, en ‘Un mundo feliz’, no se requiere un Gran Hermano para privar a la gente de su autonomía, de su madurez y de su historia. Según él lo percibió, la gente llegará a amar su opresión, y a adorar las tecnologías que anulen su capacidad de pensar.
Orwell temía a los que pudieran prohibir libros, mientras que Huxley temía que no hubiera razón alguna para prohibirlos, debido a que nadie tuviese interés en leerlos.
Orwell temía a los que pudieran privarnos de información. Huxley, en cambio, temía a los que pudieran brindarnos tanta que pudiéramos ser reducidos a la pasividad y el egoísmo.
Orwell temía que nos fuera ocultada la verdad, mientras que Huxley temía que la verdad fuera anegada por un mar de irrelevancia.
Orwell temía que nos convirtiéramos en una cultura cautiva. Huxley temía que nuestra cultura se transformara en algo trivial, preocupada únicamente por experimentar sensaciones placenteras.
Como Huxley destacó en su libro ‘Nueva visita a un mundo feliz’, los libertarios civiles y racionalistas, siempre alerta para combatir la tiranía, “fracasaron en cuanto a tener en cuenta el inconmensurable apetito por distracciones experimentado por los humanos”. En ‘1984′, agregó Huxley, la gente es controlada infligiéndole dolor, mientras que en ‘Un mundo feliz’ es controlada proporcionándole placer.
En resumen: Orwell temía que lo que odiamos terminara arruinándonos y, en cambio, Huxley temía que aquello que amamos llegue a ser lo que nos arruine.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Siglo XXI


Ando revuelto últimamente. Y eso que he reducido la ingesta de hidratos de carbono y grasas; pero es que ser de izquierdas, antiprohibicionista y ateo en la sociedad que nos ha tocado en suerte acaba deprimiendo hasta al más templado de los mortales.

Una sociedad que prohíbe sin convencer, que permite que el ladrón de familia bien campe por sus respetos escupiendo al pobre pagano que acaba financiando sus delitos. Partidos políticos que, en lugar de sancionar y expulsar al corrupto, buscan defectos de forma en la instrucción e investigación de los casos para mantenerlo en el sillón. Sólo vale la verdad judicial -la del juez amigo, ladrón de la venda que cubría los ojos de la justicia-, la ética se ha extinguido. Votantes mastuerzos que publicitan su ignorancia apoyando y refrendando tales actitudes.

Pomposamente parloteamos sobre el siglo XXI y sus avances sociales y científicos; convencidos, gracias a la ciencia-ficción y a nuestros propios deseos, de que nos hallamos en un mundo civilizado que en realidad no es más que un espejismo de estómagos gordos y espejos deformados.

Conquista del espacio, aldea global, acceso a la información, comunicaciones globales en tiempo real... siglo XXI. El triunfo del hombre.

Mas resulta que estos logros están aliñados con hambre, guerra, corrupción, fanatismo religioso, homofobia, xenofobia, falocracia, teocracia...

Siglo XXI... estamos a un cuarto de hora del fuego de las edades oscuras; hace diez minutos las llamas de la hoguera religiosa devoraban científicos; hace un minuto el tercer Reich tenía sus hornos a pleno rendimiento.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

martes, 3 de noviembre de 2009

Matrimonio y católicos

Sigo órdenes de NatXoX cuando cito:

"En línea con la actual relevancia social en torno a la modificación de la legislación española sobre los matrimonios, la postura de los católicos en ella, voy a exponer mi posición aquí, que para eso es mi blog:

Estoy completamente a favor de permitir el matrimonio entre católicos.

Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo.

El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u homosexuales.

Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomodar a algunos.

Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.

Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por "el qué dirán" o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestructuradas. Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familas católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones.

Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una forma un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.

Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: también estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos.

Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo de "¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!"

Veo ese tipo de críticas y respondo: Si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor problabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás.

Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.

En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitirseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.

Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales."



De Psicofonías (algo así como el blog de Psicobyte).

lunes, 2 de noviembre de 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009

La guía Lorza o de cómo Fet transmutó en Adrià



¿Ha tocado visita de festivo? ¿Las hordas cristofreaks propias o políticas han vuelto a teñir de rojo ira o verde desesperación las tranquilas aguas del remanso de paz, del nidito de amor, del hogar dulce hogar? ¿Una vez más ha tocado cocinar para satisfacer a una caterva de indeseables con su raca-raca peperasta carcatólico? ¿De nuevo habéis tenido que sufrir la diarrea cerebral en forma de insufrible conversación y/o compañía de esa familia que os ha caído en suerte o de esos amigos que no sabéis cómo cojoño pudieron un día llegar a serlo?
Nema problema:
Con la receta que hoy propone el tío Fet, conseguiréis que, al menos la señora, no vuelva a sentarse jamás a vuestra mesa, ¡sin necesidad de delinquir ni causar daño físico a nadie! Al caballero, si tiene gusa, jamás podréis detenerlo; los tíos semos asín.
Prestad atención pues. Para la próxima ocasión, esto es lo que vamos a cocinar:


Y la receta la podéis encontrar aquí.