miércoles, 3 de noviembre de 2010

Moral "avanzada"

Tras la salida del armario pederasta del escritor de cabecera de Ana Botella, unos cuantos onanistas a tiempo completo salieron en su defensa exponiendo argumentos de los más peregrino para justificar lo que, según ellos mismos, no consiste más que en un paso adelante en lo que a moral se refiere. Aducen una especie de credo de libertarianismo ético, alejado del nacional-catolicismo que tanta secuela ha provocado en nuestros reblandecidos sesos.
Y es que -según estos figuras del pajilleo compulsivo- sólo alguien que haya estado en las garras de la religión católica puede coincidir con ésta en extremo alguno, prueba definitiva de prejuicios y desórdenes de los que el afectado es incapaz de reponerse. Veamos cuáles son los preceptos fundamentales de la cosa romana y lo que el que suscribe opina sobre ellos.


1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No entra en mis planes.


2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
Tarde.


3º Santificarás las fiestas.
Va a ser que no.


4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
Depende. Hay mucho hijo de puta. En mi caso, la respuesta es sí.


5º No matarás.
Nada que objetar. Matar no mola.


6º No cometerás actos impuros.
Depende de lo que ustedes entiendan por impuro. Me reservo el derecho.


7º No robarás.
Vale.


8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
Dependerá de las circunstancias. Uno es poco kantiano.


9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
Esto es sencillo con mi nuevo lector de mentes Telepatum 2000. Me lío a tollinas por la calle con todo aquel que piensa en culos y tetas. Poco específico, el mandamiento, porque en lo que a mí respecta, todos mis pensamientos son impuros.


10º No codiciarás los bienes ajenos.
Qué quieres que te diga. La gente es muy cabrona y algunos tienen artilugios curiosos y apectecibles.


Como el observador avezado podrá colegir, uno está de acuerdo, parcial o totalmente, con tres de los Mandamientos de la ICAR, y, mayormente, se considera poco sospechoso de confraternizar con secta tal. Es más, uno podría llegar a conceder en la sanidad de la coyunda convenida entre adulto y niña si se diesen ciertas condiciones. Nótese que, en postura que puede parecer sexista, no considero tan grave el caso contrario, dada la habitualmente menor implicación sentimental del especimen masculino en la relación sexual. Me explico: para el niño promedio -casos habrá a patadas que demuestren lo contrario, pero permítanme cuestionar que sean norma- el acto sexual va poco más allá de la polución e intercambio de fluidos; creo sinceramente que el especimen femenino promedio, tal vez por características culturales, ambientales o puramente físicas, se implica emocionalmente en mayor grado. Por no hablar de las consecuencias, posibles para unas e imposibles para otros, que un error o accidente pueden propiciar.
Una vez aclarado ese aspecto, continúo para bingo con el asunto de las condiciones mencionado más arriba.
Si el adulto enfocase la relación en un plano de igualdad, en el que su satisfacción física y emocional no  existiesen en tanto en cuanto no fuese lo mismo para su pareja, si hubiese un compromiso afectivo y de equilibrio, una voluntad de lealtad y honradez para con el otro, consideraría tal relación apropiada. Mas resulta que el común de los gayoleros cum laude no pretende tal cosa en absoluto.
Lo que buscan es la simple satisfacción a la fantasía provocada por la pornografía que consumen en cuanto la sala está vacía. Un sumidero para su lefa. Una adolescente -o mejor cien- que adopte el papel de váter para evacuar sus humores sexuales. 
Y dar con ello lugar a que un buen número de las mujeres de pasado mañana atesoren un hermoso historial de ansiedades, pánicos, abortos, hijos no deseados y precariedad emocional. Algo que se ve que estos individuos contemplan con normalidad. Pelillos a la mar y a por otra Marta del Castillo.
No, hijo, no. Usa papel higiénico.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Moral avanzada y doble. Aquí dejé manifestada la paradoja:
http://www.blogoteca.com/alvitogodino/index.php?cod=91000

Fet dijo...

Pero, ¿cuántos blogs tienes, por los pezones del Gran Pepino?

Arnau dijo...

Vale, pero papel higiénico Elefante para los que practican sodomía con churumbeles.

PD: Tú sí que eres grande!

Anónimo dijo...

Dos. Es que fue un verano tórrido y un poco tonto

Carlos Arrikitown dijo...

Pero no era ub calcetín? Que yo lo vi en la peli.

Fet dijo...

¿Cortinas?

Javier dijo...

Papel de lija se merecen algunos... y si puede ser una colleja, pues también.
Mis respetos tio Fet.

Josu Sein dijo...

Hay que hacerle ver Barrio Sésamo para que sepa lo que es adelante y atrás.

Adrian Vogel dijo...

Me parece una vergüenza que tanto promotores como firmantes del manifiesto pro Dragó nos mezclen churras con merinas. Es un insulto a nuestra inteligencia:
1: hablar de "quema de libros" u otras lindezas, por querer poner coto a este apóstol de la pederastia.
2: aducir que la edad de consentimiento es de 13 años. Eso es ahora. ¿Lo era en Japón en 1967? Lo dudo porque de entrada el concepto "edad de consentimiento" no existía entonces.
3: Dragó ha alabado la prostitución infantil del sureste asiático y ha manifestado sus preferencias sexuales por las menores (de 15 años concretamente).

Anónimo dijo...

Fet, reivindico un respeto para los/as onanistas decentes. Una pajilla de vez en cuando no debe implicar compartir el mismo saco con gente tan peligrosa (nunca había utilizado este calificativo con tanta exactitud desde que escribí una cosa sobre el terrorismo vasco) como Savater, Cuenca, Boadella o Garci.

Fet dijo...

Los pajilleros somos seres adorables, Maese. Algunos incluso nos lavamos las manos, antes y después; pero el post no versa sobre ello, sino sobre aquellos que tienen el cerebro inundado de prevada y son incapaces de entender que hay más cosas en el mundo que sus pollas.