lunes, 5 de enero de 2009

Liberal mi pilila

-¿Cuántos liberales se necesitan para cambiar una bombilla?
-Ninguno. Los liberales no juegan con bombillas. Declaran la guerra a la Oscuridad e incendian la casa.

Dicen ser liberales y detestar todo lo que suene a estado, cosa perfectamente comprensible se comparta o no. Lo que a uno ya le cuesta más entender es como casa eso con sus acendradas defensas de patrias, himnos y banderas, intervenciones militares en terceros países (¿Cómo hace un estado sin ingresos para poseer un ejército fuerte y proyectable?) o territorios problemáticos propios, prebendas a ciertas religiones... Defensas, aclaremos, no de todas las patrias, banderas o religiones, sino únicamente de las suyas y afines. De un mercado libre y autogestionado, pero que excluye de centros de importancia a inmigrantes, clases sociales bajas y países de divisiones "inferiores", que deben acatar, callar y consumir. Su odio a todo cuanto no encaje en sus (estrechos) esquemas se contradice con su propia definición: el liberalismo propugna la libertad y la tolerancia en las relaciones humanas, y estos muchachos tienen de tolerante lo que yo de belleza exterior.

Alguien podría, erróneamente, pensar que sus postulados son inamovibles, nada más lejos de la realidad. La Palabra es inmutable e irrefutable mientras es útil a la Causa. Si uno de sus líderes dice una cosa, morirán defendiéndola; si unos días después dice su contraria, Eurasia nunca habrá estado en guerra con Oceanía. Todo esto sin despeinarse, oiga, ni aún enfrentándolos a sus propias falacias con datos fehacientes.

A estos guardianes de las esencias les gusta referirse a sí mismos como paladines de la Libertad de Expresión (así, con mayúsculas). Si uno de sus gurús insulta a millones de personas, no pasa nada. Si es encausado por injuriar a personas e instituciones, se trata de un contubernio stalinista contra las libertades fundamentales. Si los insultados son ellos, la pena de muerte es demasiado benévola para quién tal hace.

Y en esa fiesta de contradicción permanente llegamos a la cibercosa.
Aquellos de sus periódicos digitales que admiten comentarios sólo lo hacen tras registro y pago. Si alguno de sus vigilantes censores observa una opinión discrepante, el usuario es expulsado y baneado. La supervisión de comentarios es una constante en la práctica totalidad de sus blogs. Toda disensión es eliminada y cualquier crítica omitida o suprimida. Una muestra de su sobrada capacidad de argumentación, pensamiento y ejercicio de autocrítica.

Dicen ser liberales, pero son los fachas de toda la vida. Un estigma que los verdaderos liberales tienen que soportar para su desgracia y descrédito.

9 comentarios:

Jobove - Reus dijo...

el liberal Obama
nos va a follar en la cama

saludos

José Segura Sola dijo...

Ya veremos lo que da de si este nuevo año, Por de pronto, los liberales están preparando los solares en Gaza. ¿Nuevas promociones? Un abrazo

Anónimo dijo...

Ahora son liberales?, por eso si preguntas por la calle de facha no hay ni uno. Eso sí, siguen mandando.
Hasta la "Espe" se hincha a sacar votos...

natxox dijo...

Si te registras en LD tienes que dar un número de móvil y automáticamente empiezas a recibir spam telefónico.

Anónimo dijo...

No tenia ni idea de eso de LD. ¡Es que os registráis en cada sitio!

Anónimo dijo...

Estos elementos se apropian de los nombres con la misma tranquilidad que se apropian de los símbolos, himnos, banderas y en general de todo lo que puede unir (o dividir, vaya usted a saber) a la gente.
Y ciertamente, ver como se apropian del adjetivo liberal produce cierta mala leche. Primero porque tienen de liberales lo que yo de astronauta, y segundo porque en realidad no son más que una banda de “fachas” que no quieren pagar impuestos.
Ser liberal es mucho más que ser partidario de un estado poco intervencionista. Un liberal defiende ante todo la libertad del individuo no solo frente al estado, sino que también frente a instituciones fácticas como la iglesia, la banca, etc. Un liberal no es, por definición, fanático de los símbolos, no defiende ninguna sagrada unidad patriótica ni se manifiesta en pidiendo que determinados valores religiosos (muy loables si se siguen o practican de forma voluntaria) sean obligatorios para todos. Un liberal defiende siempre el derecho de hacer lo que se quiera con el propio cuerpo y a practicar la sexualidad que a uno le venga en gana. Un liberal es siempre un defensor a ultranza de los derechos civiles.
Y lo más divertido del tema es que se han apropiado del término “liberal” gracias a una mala traducción del inglés. Ellos son realmente “liberalizadores”, que es la traducción real de los seguidores de las teorías Milton Friedman y que hábilmente han trufado con valores puramente conservadores para crear una nueva ideología (y le aseguro yo que el pobre Milton no tiene nada que ver con este invento).
Pregúntele usted a un norteamericano que entiende por liberal y se sorprenderá. Incluso en países como Alemania, donde el liberalismo político tiene cierta tradición, los liberales se consideran primos hermanos de los socialdemócratas. Y es que excepto en temas de intervención económica, ambas ideologías son muy similares en cuanto a temas de laicidad, libertades individuales, etc.
Lo dicho, se han apropiado del término, lo han prostituido y han conseguido que ilustres liberales que en el siglo XIX lucharon contra todo lo que estos tipos defienden se revuelvan en la tumba.

PD. Le prometo que algún día aprenderé a ser breve.

Juan Tamenela dijo...

Siempre me ha extrañado porqué son tan diferentes los liberales españoles de los extranjeros.

Saludos

Anónimo dijo...

En realidad, un liberal es un tipo de persona que pretende que el estado disponga una serie de estructuras que permitan que un individuo con dinero pueda medrar frente al que no lo tiene; y se opone a que alguien sin medios económicos comparables pueda enturbiar su espacio vital diáfano.

Tan fácil como eso.

Anónimo dijo...

A mi me parece normal que censuren lo que quieran. Es más, esa secta de friquis, que no razona, me recuerdan a los testigos de Jehová, son 4 (bueno, medio millón) de fascistas iluminados, poco originales, porque el truco de envolver fascismo con etiqueta "liberal" ya lo usó Hayder que en un cuarto oscuro descanse.
A veces cuela: alguien que ni sabe de política ni le interesa escucha a su lideresa decir que ella es "liberal" y dice "mira que bien, esta es liberal". Lo malo es que o esa misma persona o vive aislada en el monte y pensando que Franco aún vive o termina viendo algo a diario por la tele que no casa con su definición de "libertad".

Yo en cuanto leo alguno que me entra a copiar y pegar basura del vertedero libegal, también censuro: revisionismo franquista, fundamentalismo cristofascista con la excusa de que vienen los moros, o justificación de genocidio porque o estás con "los buenos que matan 1 millón" o con "los terroristas que matan a 200".

¿Para qué voy a discutirlo si es lo que les han pasado en la última "Atalaya" o "Despertad" y de ahí no van a salir?

Lo borro, y punto. A hacer proselitismo que se vayan a la sede de Fuerza Nueva si quieren, que piensan igual que ellos pero sin travestirlo.