miércoles, 29 de octubre de 2008

Mitos y Leyendas / Momentazos Fílmicos

Eran venerados por los surrealistas. El genio de Rodez les dedicó un capitulo de su imprescindible ensayo "El Teatro y su Doble", en el que trazaba las líneas maestras de lo que habría de ser el Teatro de la Crueldad. Transgresores, inteligentes, anarquistas... su completa carencia de corrección o formalidad hubo de ser suavizada y edulcorada con ñoñas historias de amoríos para lograr productos con los que se pudiese comerciar en las salas cinemátograficas.
Lo han adivinado, estoy hablando de Los Hermanos Marx, pero hoy quiero referirme a uno de ellos en particular. Y no, no es Groucho.
Se trata de Adolph -lo acabó cambiando por Arthur- Marx, Harpo. El bufón mudo, el ser humano que fue con su silencio mucho más allá que cualquier otro con la palabra. El que se colgaba obscenamente del cuello de las provectas damas. El que aceptó el arpa de alambre de espino que Salvador Dalí le regaló un día e hizo sonar sus cuerdas, cuenta la leyenda que destrozándose los dedos.
Harpo Avida Dollars

Harpo no logró acabar sus estudios, a pesar de lo cual alcanzó un enorme predicamento entre la elite cultural americana; pero tenía una faceta en la que sobrepasaba lo sublime, en la que su fingida sonrisa de cretino daba paso a una expresión de magnífica inteligencia. Las imágenes que siguen pertenecen a la película "Amor en Conserva", la última en la que actuaron como grupo los tres hermanos. Cuando veo el envejecido y transfigurado rostro de Harpo tañendo su instrumento, no puedo evitar un escalofrío. Y sí, lo reconozco, en alguna ocasión se me ha escapado una furtiva lágrima.


13 comentarios:

Sota dijo...

No, si aún resultará que eres un sentimental y todo...

Anónimo dijo...

Lavada la boca, estos tipos sí que tenian estilo.
Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente. (Groucho Marx.

Fet dijo...

Bajo este masculino, viril y exhuberante torso, late un corazón sensible, solidario y tirando a marrón rojizo.

Sota dijo...

Mariquita!

Fet dijo...

Más quisieras, so locaza.

Anónimo dijo...

A mi también me parece supersentimental ponerse debajo del balcón de FacineRosa Díez y cantarle en plan jota aragonesa "De mi ventana a la tuya voy a poner una caña para que llegue el chorro lefa de mi chorra a tu castaña".

Sylvia dijo...

El otro día hablaba yo precisamente de ellos...
En mis años de carrera, a veces en momentos de deseperación para poder meterme en el coco el articulado de algun tocho juridico, pensaba en Groucho y en su "parte contratante"...jejeje..entonces no debia ser tan complicado no?

Un beso desde el Mediterraneo Fet.

Fet dijo...

Usted sí que dice cosas bonitas, Don Oscar.XDDDDD

Una buena técnica, Sylvia. Sobre todo si la materia a estudiar se reducía lo mismo que los contratos de Groucho y Chicco.
Un beso.

Capitán Tormentas dijo...

Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.

Anónimo dijo...

Cuánta sensibleria!!!
Por dios, que Zapatero todavía no ha logrado que nos inviten a una estúpida cumbre convocada por un aún más estúpido presidente, y aquí dejando caer la lágrima por un muerto, hay que ver, así no van a hacer escuela de nosotros.

Victoria dijo...

Un arpa tiene que pesar un montón.

Maya dijo...

Siempres seran unos genios. Y tienes razón, concedí en todas sus películas más importancia a Groucho o a Chicco por sus diálogos y para mi Harpo no era más que el payaso que se colgaba de las damas y contestaba por bocina. Pero en esta escena se le veía tan humano y lo que toca parece tan sentido.. que cambió por completo mi visión. Seguro que hasta compartimos lagrimita!

Besitos, Fet

pd. suprimí de mi blog la opción a comentarios visto que me come el spam, no recibo por email los comentarios ni puedo eliminarlos.. asi que seguimos en contacto por facebook hasta que sepa cómo coññññññ puedo volver a tener un blog en condiciones.

Juan Tamenela dijo...

Hay que ver lo serio que se ponía cuando tocaba el arpa.
Dicen de él que era el más inteligente de los 3.