Que se rompa pero ya

Apesta a Excrementos 2, 16 de noviembre de 2006.

Donde el hijo de puta tiene premio y el honrado ve morir sus deseos ahogados en el pozo negro de la realidad. Donde mediocres, incapaces, mentirosos, grotescos e infames personajes son idolatrados por masas estúpidas e ignorantes. Donde es gratuito sembrar odio. Donde se odia y se teme al color de la piel, del alma, del sexo. Donde actitudes aberrantes propias de tiempos oscuros llevan al atentado contra el que piensa de otra manera, el diferente. Donde aún se mata por un trozo de tierra o un absurdo paño distintivo de un clan. Donde la justicia y la ley se visten del color del que promete y paga. Donde el poderoso nunca es castigado. Donde el primero es uno mismo aunque ello conlleve la miseria para amigos, hermanos, hijos. Donde el hombre sigue considerando que la mujer es un objeto al que se puede vejar y torturar, exterminar cuando no se adapta a sus deseos. Donde la mujer interesada aprovecha para herir a aquél que odia aunque con ello dañe a aquéllas que no son capaces de salir del túnel. Donde la mujer no busca la salida del túnel por cobardía, ignorancia o comodidad, por unos zapatos, collares o pulseras. Donde se profana a inocentes; donde se venera y perdona al pederasta con casulla. Donde perviven ritos sangrientos y tercermundistas. Lanzas y llamas, estoques y descabellos. Sangre y arena en las ebrias fosas de los que añoran ejecuciones públicas. Donde el hogar es la sanguijuela con que los millonarios de la estafa desangran las ilusiones de los humildes tontos. Donde a veces siento arcadas solo de pensar.