Resaca

A la mañana siguiente de los nombramientos zetaperiles, estoy en disposición de afirmar lo siguiente: La nueva ministra de economía hará exactamente lo mismo que su predecesor y que cualquier otro que se pudiese nombrar para el puesto: protegerse el careto para que las hostias que le endiñe la puta crisis no le deformen demasiado los rasgos faciales. Tras oír a cienes de tertulianos -profesionales, semipró y amateur- he llegado a la conclusión de que la ministra no sé, pero los opinadores son gilipollas. Alomojó se creen que un Rodrigo Rato, un Pizarro o un Almunia podrían hacer algo para detener al monstruo. Con artes mágicas, tal vez. En Fomento se notará el colmillo retorcido de Pepe Blanco. Puede que no tenga estudios superiores, pero está más capacitado para bregar en el lodo y poner a andar obras y personal que el 90% de los licenciados, másters y doctores que tengo el placer o la desgracia de conocer. Si los estudios fueran garantía de competencia, el PP la tendría toda. Y repasando algunos nombres como Ángel Acebes, Federico Trillo, Ana Palacio, Esperanza Aguirre o Jaime Mayor Oreja, uno acaba por decidir que el título académico garantiza precisamente lo contrario. Ángel Gabilondo. Dicen de él que tiene un talante conciliador y dialogante. Si tiene la mitad de cerebro que su hermano Iñaki, hará un buen papel. Trinidad Jiménez. A mí esta señora me parece un cuerpo con ojos. Se está partiendo el culo todo el día, cosa que me parece estupenda. A lo mejor la risoterapia acaba financiada por la seguridad social. Manuel Chaves. Tiene más mili encima que Cascorro, otro -como Blanco- que será difícil de torear. Ángeles González Sinde. Preclara guionista de bodrios en cinemascope y presidenta a la sazón de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas. Esta merece entrada propia y bienvenida particular en la sección "(Epíteto) de la semana".