miércoles, 11 de marzo de 2009

Vergüenza

Esta mañana, camino del curro, oía por la radio como el equidistaní Francino invitaba a los miembros del Partido Socialista madrileño a recapacitar sobre su negativa a asistir al acto que en homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 presidía la mandataria de la Comunidad Autónoma de Madrid, Esperanza Aguirre.
Un homenaje presidido por una señora que no ha dudado en usar como arma política, de la manera más mezquina imaginable, a las víctimas de aquellos atentados; que ha negado durante estos cinco años, cualquier subvención a la Asociación de Víctimas mayoritaria, mientras las concedía a otras que agrupan a un número mucho más pequeño de perjudicados por la barbarie, eso sí, de su cuerda política.
Un acto así no es un homenaje, es un insulto. Y no tiene nada de elegante acudir a la llamada de quién ha demostrado que las víctimas no le interesan lo más mínimo si no arrojan réditos, económicos o políticos. Participar en tamaña pantomima sería insultar la memoria de los muertos, heridos y sus familias. Aplaudo la decisión.

8 comentarios:

Small Blue Thing dijo...

Pues Izquierda Unida no la aplaude, y Reyes Montiel dice, digo twitea, que "se tiran el 11M a la cabeza".

Mierda de izquierda tenemos, coño.

José Segura Sola dijo...

En cualquier caso, difícil papeleta tienen en Madrid. Al final estos gestos si quedan en gestos y no se explican y comunican eficazmente, se convierten en más munición para la "dama de Bombay".

Maya dijo...

Una grandísima hija de puta con todas las letras.

Hay que acabar con su ángel de la guarda. Ese que la salva de accidentes de helicópteros, de atentados sangrientos y la empuja a escalar puestos más altos después de haber sido el hazmerreir en CQC por su descomunal ignorancia.

Para que luego digan que dios existe.

Anónimo dijo...

Lo que pasa es que si no han ido no ha sido por que piensen lo que usted ha escrito en su post, que yo comparto, sino que han mezclado churras y merinas y les ha salido una excusa por la culata.
Vamos, que yo no hubiera ido, pero no hubiera dicho que es por lo de los espías, sino porque Espe no puede presidir un acto de homenaje cuando ha estado alimentando teorías conspiranóicas que tanto daño han hecho a las víctimas.

Es que las cosas claras se entienden mejor... cachissss, para una vez que casi coincido con ese sosainas de tomás... Ya decía yo que no de los dos nos habíamos equivocado. :-)

Anónimo dijo...

Esto es como aquel que se caga en Dios de lunes a sábado y el domingo va a misa a expiar sus culpas. La Lideresa se cree que por un día de abstinencia popular no nos enteraremos que el resto del año defeca como una hiena encima de las víctimas. Y a limpiarle el culo que vayan sus putos ancestros.

Anónimo dijo...

Me interesa conocer la postura de Pilar Manjón al respecto. No sé cual es. En cualquier caso: lo que ella diga.

Fet dijo...

Cierto, Javier. Pero el cierre en falso de la comisión prueba el respeto de Aguirre a los modos democráticos. Yo no asistiría a un homenaje a las víctimas de nada si el organizador es un dictador o actúa como tal.

Raimunda dijo...

Verdaderamente la lideresa da ganas de vomitar, no digamos nada la pantomima que supone el acto en cuestión.
Pero tampoco me parece ejemplar la actitud generalizada de hoy: SEGREGACIÓN. Con mayúsculas.
Es lamentable comprobar la repercusión de la bazofia del Inmundo, viendo la falta de unidad de hoy.
Ni los unos ni los otros tienen la decencia de recordar el día que Manjón les puso las pilas.
Y Pedro Chotas sigue en lo suyo: revolviendo bien la mierda conspiranoica, entre la que Espi está encantada. Coincido con la necesidad de llamar a las cosas por su nombre,como dice Javier, porque lo de la comisión era otro teatro previsible de los que monta la presi para dar esquinazo. No es suficiente argumento para mí, aunque sea inadmisible su actitud antidemocrática, por supuesto.
Un día muy triste, no sólo por el recuerdo de las pérdidas humanas en la masacre, sino también por los estragos visibles de las manipulaciones interesadas de unos grandísimos hijos de puta que no respetan el dolor ajeno.