domingo, 15 de marzo de 2009
Matiné
- Disculpa. El tacto, ¿te lo has dejado en el mismo sitio que la educación?
- ¿Perdón?
- Nada. Es que tiene cojones que estando el teatro prácticamente vacío y tu fila a medias, te sientes delante de un crío de menos de un metro.
- Huy... Perdona. No me había dado cuenta.
- Nada, no importa, pero traigo noticias frescas: hay más gente en el mundo que tú. Curioso, ¿eh?
Etiquetas:
Subnormalidad cotidiana
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12 comentarios:
jajajaja
la vida misma, da igual dóne y cuándo... es así.
Hay taaaaaanta gente que no acaba de tener claro eso de que en el mundo hay más gente que ellos...
...que si ardiesen todos en la pira sería una solución barata al problema energético mundial, sí.
Algunos defienden que el capitalismo prevalece como sistema porque encauza el egoísmo innato de la especie humana.
Ni funciona, ni encauza ni deberías ser innato.
¿Iba con esos trajes que se costean con billetes de 500 euros del heraldo público?
Y ese que entra al cine cuando ya ha empezado la película, está la sala casi vacía y viene con su puta entrada numerada y te dice: oye, ese asiento es mío.
Y tú... corres a sentarte lo más lejos de tanta estupidez.
El mundo está lleno de esas pequeñas anécdotas..
Ya ves, eso y comer pipas en el cine, algo que denota gran consideración.
Yo les exterminaba a todos.
buenas noches tito Fet
Joder, para qué cabrearse con alguien cuando le puedes pegar dos hostias...
Yo me enteré el otro día de que había más gente en el mundo además de mí.
Aún lo estoy digeriendo.
Yo pensaba que el resto de personas eran figuritas que dios había puesto para que no me sintiera sola.
Y yo creyendo que el todopoderoso había tenido un detallazo...
El tacto en el recto es también cuando los que llegan tarde y para poder acceder a sus butacas –en una fila en las que sólo estas tu y tus acompañantes- pasan por delante de las tuyas, pudiendo ir por el otro lado de la fila sin molestar a nadie.
¿Anécdota real? Si es así, eres mi héroe.
Al menos llevaría el móvil apagado.
Y esa que entra en el cine con su entrada numerada y, como no hay nadie, ni va a venir nadie más (vamos, que está sola en el mundo), se sienta en donde le sale del higo...
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