Por qué me encanta Periodista Digital

Lo confieso. No paso un día sin hacerles un par de visitas. ¿Mis motivos?

1. Su director. Co-fundador de El Mundo, es un personajillo grotesco y ultraderechista -de esos que tienen aspecto de oler a hostia consagrada, carajillo y perfume barato de burdel- que depone su argumentario en cuanto debate cutre televisivo le permiten. Un fijo de ese prodigio de periodismo y buen hacer televisivo que es Intereconomía.


2. El enfoque que dan a las noticias. Es tan pintorescamente facha que acaba por hacerse entrañable. Desde los titulares a la selección de imágenes, pasando por unos textos preñados de medias verdades, falacias y mentiras descaradas; un impresionante despliegue de carcunda pseudo-informativa. No se necesitan enlaces, es suficiente con ver la portada.


3. Los colaboradores blogueros. Con un par de sanas excepciones -gente que no sabe cómo ha podido acabar ahí o personas de derechas que argumentan y debaten-, el elenco de descerebrados cristofascistas de PD no tiene parangón. Soberbia alineación de lo más granado del pensamiento humor involuntario carpetovetónico mundial; desde la cosa cristofriqui hasta los apologetas del fascismo, todos tienen cabida en el circo de Rojo. Y créanme si les digo que consiguen que Libertad Digital parezca un libelo serio.


4. Los lectores comentaristas. Cuando uno ha mostrado tener el estómago suficiente como para hacer clic en el enlace que lleva a PD, en el titular de cualquiera de las noticias de portada y leer el contenido de esta, ya está casi preparado para el siguiente paso: los comentarios. Pero, ¡ay amigo! Ahí ya hace falta preparación. La jauría de hienas hidrofóbicas, de ratas coprófagas y de puercos infectados por coliformes fecales que pueblan PD es de premio. Podría poner aberraciones sin fin para ilustrar mis argumentos; pero prefiero dejaros con algo más bien ligerito que vale perfectamente de ejemplo.


5. Las tetas. No importa la excusa. A pesar de la orientación ultracatólica, conservadora y pía de la publicación, en portada hay siempre un par de tetas o culos -femeninos, no vayan a pensar- conveniente y preferentemente recortados de una escena pornográfica. Hay que alimentar a la obtusa claque, supongo. Con la testosterona en inflación galopante, es más sencillo entender cómo pueden argumentar de la forma en que lo hacen en los comentarios.

Eso sí, si alguna noticia es relativa a un tema medianamente sensible para ustedes, absténganse de hacer clic o la risa se tornará soberana y lícita indignación. De no ser así, el anárquico mundo de los comentarios de PD puede darles horas y horas de placer intelectual. Visítenla y compruébenlo por sí mismos, risas garantizadas o les devolvemos el dinero.