La hora de los mamporros

Desde hace unos días, probablemente semanas, la indignación que me produce el actual estado de cosas ha hecho que me replantee mi talante plácido y acomodaticio para sorprenderme con ensoñaciones violentas y sanguinarias. Observar el comportamiento de las clases dirigentes, de los prebostes económicos y del resto de insectos con inmunidad jurídica –somos iguales ante la ley, pero si estafas millones paseas por la calle y si robas para comer acabas comiendo entre rejas- me ha despertado una vena radical que creía dormida para siempre junto a mi idealismo adolescente. Y me sorprendo maquinando hemoglobínicas revueltas populares. Instalando guillotinas en las plazas mayores. Ejecutando en serie a esos ladrones “legales” previa incautación de sus bienes y los de sus familias. Alimentando las piras con los cuerpos vivos de políticos y farsantes religiosos. Un continuo orgasmo ante el dolor de los que nunca rendirán cuentas ante la justicia. Se nos han vendido las ayudas con dinero público a las entidades usureras como una forma de evitar el colapso del sistema. Un sistema al que le importa una higa el colapso del ciudadano que a la postre paga con su desgracia los platos rotos en las mesas de lujo. Esas ayudas que decían ir encaminadas a reactivar el crédito a empresas y particulares y que han acabado en el saco sin fondo de los mismos avariciosos miserables que han provocado la situación actual. Que les ayudarán a lavar sus trapos sucios mientras la lista de parados, desahuciados y desesperados aumenta por miles con cada día que pasa. Dado que el derramamiento de sangre no conduce a nada y suele ser contraproducente para el que no dispone de poder, en mis pensamientos opto por medidas igualmente drásticas pero menos dramáticas. Colapsemos el sistema: Objeción en masa. Neguémonos a pagar un solo duro de créditos e hipotecas hasta que los beneficios de los tiburones pasen a ser razonables y no obscenos. Hasta que ese dinero –que es nuestro- se refleje, en su totalidad, en la actividad del pequeño y mediano empresario. Retirada masiva de ahorros. Todo el que tenga más de un euro en su cuenta que vaya a por ello. Hasta el corralito. Si tienen que impedir que se saque más dinero, que sea el de los que nos han estado vampirizando. Corralito para los Martín, Botín o Koplowitz. Huelga general del funcionariado. Que la administración la manejen los políticos. Que se ganen el sueldo de una puta vez. Reposición de Get A Life y Monty Python’s Flying Circus en todos los canales de tv públicos y privados. Ya puestos a pedir... Y alguno dirá que soñar no es bonito.