Cómics de los que desgraciadamente no puedes conservar ejemplares porque nunca los poseíste y que devorabas con avidez en clubes de lectura o prestados por el hermano mayor de algún amigo. Aquel Trinca

que pillabas haciendo un esfuerzo económico ímprobo, y que acababa desapareciendo tras ser prestado a ese niño cuyo nombre hace tiempo que olvidaste.

Imagínate que un día te da por buscar en internet información sobre los cómics que leías entonces y que encuentras un sitio donde también se acuerdan. No contentos con ello, proporcionan enlaces para su descarga y enormes imágenes para que disfrutes recordando.