Me juego mil duros

Durante las pausas publicitarias del Eurobasket (que acaba de ganar una impresionante selección española), el canal que retransmitía el evento promocionaba un nuevo reality al que auguro una muy corta vida.
Detesto este tipo de programas, no le encuentro la gracia a seguir las andanzas de una docena de gañanes encerrados en una casa, haciendo karaokes de Shakira o Alejandro Sanz, bailando cual remedos caseros de Tony Manero o criando gamusinos en un poblado africano mientras declaman versos de Valery.
Entiendo, no obstante, que haya un número importante de personas que disfruten con las andanzas de una docena de gañanes encerrados en una casa, de los gorgoritos de los imitadores de Shakira o Alejandro Sanz , de los espasmos rítmicos de los remedos caseros de Tony Manero o de las cuitas del albaceteño que cría gamusinos en un poblado africano mientras declama versos de Valery. Entiendo que hay negocio.
Pero seamos honestos, ¿cuántas personas puede haber en este país interesadas en las andanzas de un grupo de pijos con máster en administración de la pasta de papi que luchan por conseguir un curro con una de las fortunas más importantes de España? ¿Sus familias y?
Le auguro un futuro de mierda a pesar de la publicidad que le estoy haciendo al programa en cuestión. Si logran que el modelo -que por lo visto ha funcionado en otros países- triunfe aquí, imprimiré esta entrada y me comeré la hoja en directo vía webcam para todo el que quiera disfrutar de la escena.